11/06/2012

ESTUPIDA DECISIÓN






Encerrada en la oscuridad de la mente, en ese negro profundo del pensar, allí donde ya no hay ni un solo pequeño rayo de luz, la esperanza desapareció.
Todo es desolación, tristeza, angustia. Ya no llegan los sentimientos. 
Todo es tan oscuro, tan negro, tan negativo, es que ya no siento, ya no puedo dar nada porque ya nada tengo. Ya no puedo recibir nada más porque ya no siento.
Ahora soy simple cuerpo, mi espíritu y mi mente ya no funcionan, algo los apagó, algo ocurrió sin que me diera cuenta, quizás tanto sufrimiento me colmó y ahora, con una coraza construida a mi alrededor, trato de protegerme de más dolor.
Y acá estoy, viviendo la vida como si no fuera mía, sintiéndome un sentimiento y una mente dentro de otro sentimiento y otra mente que no me pertenecen.
Me miro al espejo y no soy yo, me siento ante mi taza de café y pienso en un solo fin para el dolor, por primera vez el egoísmo se apodera de mí.
Debo pensarlo bien, tiene que funcionar, debe ser una sola vez y con resultado esperado.
Bien, ahí está el frasco, ese pequeño frasco tiene la solución que busco. Y mi mente oscura ahora trabaja en algo oscuro, realiza precisos cálculos, cantidad, tiempo del efecto, momento preciso del resultado esperado.
Pero de pronto algo ocurrió, el sentimiento, el bendito o no sentimiento, interviene y me muestra escenas impensadas y me invade la culpa y el egoísmo se disipa y ahora un pequeño rayo de luz puede entrar. ¿Pero cómo es posible? ¿Cómo puede ser que algo tan minúsculo como un segundo pueda convertirse en el tiempo más importante para decidir viajar o no al mas allá? 
Y ahora lo veo, después de un tiempo y en verdad creo que esa fue la decisión más difícil y estúpida que en mi vida me propuse tomar.



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