3/14/2014

MENSAJE



Mi celular suena.
En la pantalla, letras. “Envía un mensaje así sabemos que estas bien”. Lo leo y lo releo. Vaya, vaya que ironía pienso. Más de un año sin saber de mi y ahora esto.
¿Es que no se dieron cuenta de la gran herida que produjeron?
¿Es que no piensan que ellos dejaron sola a su hija?
¿Es que ni por un minuto se les ocurrió llamar en vez de enviar ese mensaje?
¿Es que no se dieron cuenta que ahora ya todo está perdido y es tarde?
Es que, es que, es que…
Las preguntas inundan mi cabeza, mi corazón se encoje de dolor, mis ojos se llenan de lágrimas de impotencia. Muchas palabras invaden mi boca.
La herida nuevamente se abre y con ella todo el dolor vuelve, toda la historia, todas esas imágenes corren por mi mente, ¿es que esto seguirá siendo historia sin fin? ¿Es que así se prolongara mi maldita bendita vida?
Y yo te pregunto maldita bendita vida, ¿hasta cuándo te vas a empecinar en borrar mi sonrisa, vas a darme alguna vez un respiro más prolongado o tendré que seguir soportando el tener mis alegrías de a ratos?
Juré que no me iba a dejar vencer mas, que nadie tendría derecho a hacerme sufrir nuevamente, lo juré ¿te acordás maldita bendita vida? Fue en ese nefasto día en que me propuse que todo cambiaría.
Y lo vuelvo a jurar, nadie tendrá derecho a volverme  a lastimar.
Sigo mi camino, con el propósito de dejar atrás mi historia, llevaré solamente lo lindo, mi propia y hermosa familia, mis lindos recuerdos vividos, las bellas personas que me acompañan en el camino de la vida y hoy, ante tu nuevo golpe, solamente te digo maldita bendita vida ya no me vas a volver a lastimar.





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